Cuestionan las opciones que maneja el Gobierno para reemplazar los aviones de la Fuerza Aérea
Apuntan al secretario de Logística, Walter Ceballos, por su
posición a favor de una empresa italiana y otra estadounidense
La confirmación de que la Fuerza Aérea desprogramará los
últimos tres aviones de combate que le quedan volvió a poner en escena el
debate en torno a las distintas opciones que ofrece el mercado para
reemplazarlos y empezar a reequipar la flota. El Ministerio de Defensa maneja
dos opciones fuertemente cuestionadas dentro de las filas castrenses, donde
cada vez empiezan a sonar con más fuerza las dudas acerca de la preferencia de
algunas autoridades por dos naves de alto precio para las prestaciones que brindan.
En noviembre del año pasado el gobierno kirchnerista
desprogramó los últimos caza Mirage III que quedaban y hace un mes se confirmó
que en 2018 quedarán fuera de servicio los quince A4-AR Fightinghawk, los
únicos aviones de combate que le quedan a la Fuerza Aérea, de los cuales hoy
sólo tres pueden volar.
La primera opción que trascendió son los M-346 Master de la
italiana Alenia Aermacchi, que no es un avión supersónico ni de ataque, ya que
no tiene capacidad de llevar ningún armamento en sus alas, por lo que en
realidad es un avión de entrenamiento avanzado.
El M-346 Master es un avión que recién comienza a ser
producido en serie y que cuesta unos 30 millones de dólares por unidad, un
valor muy caro para lo que ofrece. Además, tiene dos motores cuyo mantenimiento
de rutina se deberá realizar en el exterior y demandará unos 3 millones de
dólares.
Alenia Aermacchi M-346 Master
|
No obstante, lo que más preocupa entre los pilotos es que
competirá directamente con el avión nacional IA 63 Pampa III, construido por la
Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) y que está en plena etapa de
certificación.
"Reemplazar el A4-AR con el Aermacchi M-346 es como
cambiar un auto de Fórmula 1 por un karting", graficó a Infobae una fuente
consultada. "¿Para qué comprar un avión de entrenamiento que aplastará la
producción del Pampa y cuesta más caro que muchos cazas de alto nivel?",
completó otra fuente.
Otro frente de cuestionamiento es el reciente anuncio de una
compra por 300 millones de dólares de 24 aviones T6-C Texan II de Beechcraft a
los Estados Unidos. La Casa Blanca desea reemplazarlos ya que son naves viejas
para el nivel tecnológico del país norteamericano. Fue el propio presidente
Barack Obama quien se los ofreció a Mauricio Macri en su reciente visita al
país.
T6-C Texan II |
Además del sobreprecio, critican que semejante compra
significará la muerte del Pucará, de fabricación nacional. En efecto, el propio
Gobierno reconoció que busca aviones de características similares.
Por supuesto que las dos operaciones cayeron como un baldazo
de agua fría en FAdeA, donde creen que si se confirman, morirá la fábrica que
el macrismo se comprometió a reconstruir luego de una pésima gestión del
kirchnerismo –con La Cámpora a la cabeza– que arrojó un saldo negativo de 1.401
millones de pesos en 2015, pese a que no fabricó nada que pueda volar.
No son pocos los que creen que la explicación de estos
contratos podría estar en los rumores que circulan en el Edificio Libertador
sobre la posición del secretario de Logística de la cartera militar, el radical
Walter Ceballos, y su reducido equipo de asesores, cercana a la de los
representantes locales de Aermacchi y Beechcraft.
En este marco, en los pasillos militares empiezan a sonar
con ímpetu otros planes más eficaces y económicos para el rearme. En efecto,
muchos añoran la iniciativa del anterior jefe de la Fuerza Aérea, brigadier
Mario Callejo, que propuso comprar un escuadrón de caza Mirage F-1 a Francia,
que los volvió a ofrecer al gobierno de Macri a 23 millones de dólares por
unidad, con armamento completo y cinco años de apoyo logístico, algo que en el
mercado se considera una ganga, puesto que son aviones supersónicos de combate
con prestigio internacional, con capacidad de reabastecimiento en vuelo,
probados en combate y aggiornados con tecnología de última generación. El contrato
final rondaría los 280 millones de dólares.
Mirage F-1 |
Como el país ya tuvo los caza Mirage III (famosos por su rol
durante la Guerra de Malvinas), la Fuerza Aérea ya cuenta con la
infraestructura logística en Tandil, tiene partes comunes que podrían ser usadas
como repuestos y el entrenamiento de los pilotos y mecánicos sería el mismo.
También desde Francia llegó otra propuesta de peso: la
empresa Astazu ofreció remotorizar toda la flota de los legendarios Pucará por
50 millones de dólares con cinco años de mantenimiento incluidos.
Por eso muchos creen que luego de las dos reuniones
positivas entre el presidente François Hollande y Macri, en el encuentro que el
próximo mes mantendrán en el G-20 podría haber novedades, ya que es probable
que el mandatario galo los vuelva a ofrecer.
La única certeza es que el tiempo juega en contra. En la
Fuerza Aérea buscaban extender la vida útil de los A4-AR Fightinghawk hasta
2022, pero serán desprogramados cuatro años antes. Y poner a punto un avión y
preparar a los mecánicos y pilotos lleva no menos de un año, con suerte, por lo
que las definiciones tendrían que llegar antes de fin de año para que la Fuerza
Aérea no se quede sin naves de combate en 2018.
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