Dos turbinas de helicópteros que pertenecen al Ejército
nacional quedaron en Ohio, en reclamo de un pago de $162 millones. El Gobierno
considera que estos materiales no son embargables.
La situación recuerda el episodio ocurrido con la Fragata
Libertad, que estuvo retenida en Ghana entre octubre y diciembre de 2012, por
un embargo del fondo NML .
Un grupo fondos buitres europeos lograron trabar en Ohio,
temporalmente, un par de turbinas que pertenecen a las Fuerzas Armadas de la
Argentina, al reclamar por una deuda en default.
El reclamo proviene del fondo HWB Alexandra Strategies
Portfolio de Luxemburgo. La Argentina le había ofrecido u$ 162 millones de
dólares para cerrar el conflicto, sin embargo, en nombre de un grupo de
acreedores alemanes, el fondo buitre decidió tomar una actitud más agresiva y
no aceptar la oferta, que ya había sido aprobada por más del 99% de los
bonistas.
Desde el Gobierno argentino afirmaron que el caso debería
destrabarse rápidamente, ya que esos bienes no son embargables.
Los materiales del Ejército Argentino
Los bienes retenidos son dos turbinas de helicópteros
pertenecientes a las Fuerzas Armadas que están siendo reparados por la compañía
General Electric. Según dejó trascender el oficialismo, estos elementos están
protegidos por lo que se conoce como “sovereign inmunity act” (acto de
inmunidad soberana), el cual impide el embargo de activos de uso militar o
diplomático de otros países en los Estados Unidos, a diferencia de lo que
ocurre con aquellos activos que tienen un fin comercial.
La Argentina tendrá dos semanas para exhibir sus argumentos.
A su vez, el país mantiene negociaciones con otros tres fondos de inversión
para llegar a un acuerdo (Trinity, Baybrook y Whithe Hawthorn), luego de que
Griesa les rechazara la posibilidad de aplicar la cláusula “Pari passu”.
El caso de la Fragata Libertad
El recordado episodio de la Fragata Libertad, ocurrido el 2
de octubre del 2012 en el puerto de Tema, en Ghana, se inició a raíz del
intento de los fondos buitres de cobrarse un fallo por 284 millones de dólares
por parte del fondo NML, de Paul Singer. En aquella ocasión se pedía que la embarcación
fuese embargada, o que, por el contrario, la Argentina pague por su liberación
20 millones de dólares.
Por el caso, el Gobierno nacional se vio obligado a
presentarse ante el Tribunal Internacional de Derecho al Mar. Finalmente, el 15
de diciembre de ese año, más de dos meses después de la retención de la
Fragata, ese tribunal ordenó a Ghana, por unanimidad, su inmediata liberación.
El buque argentino recién volvió a hacer un recorrido por
distintos países del mundo en abril del año pasado, luego de la decisión del
Estado argentino de realizar el pago a los holdouts y salir del default. Hasta
entonces la nave solo había realizado expediciones a puertos “amigos” de la
región.
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