La compra de la aeronave presidencial había sido anunciada
extraoficialmente para los próximos meses y cuya licitación internacional fue
lanzada en febrero y publicada en el Boletín Oficial.
Desde el Gobierno decidieron postergar la adquisición con la
demora en la operación de adquisición del avión.
La idea de la Casa Rosada es achicar el margen de error de
cara a la campaña legislativa y evitar exponerse a la compra de un avión para
uso exclusivo del Presidente, valuado en alrededor de 50 millones de dólares,
en medio de un contexto complejo en lo social y ante una economía que todavía
no repunta. Lo llamativo es que cuando se encaró la adquisición de la nave, la
situación era similar o peor que ahora. Habría posiciones encontradas entre dos
sectores del Gobierno durante estos meses desde que se inició el proceso de
licitación como otra hipótesis de por qué se decidió postergar la compra.
Sin embargo, en las próximas semanas, la Organización de
Aviación Civil Internacional (OACI), el organismo a cargo de la operatoria, le
elevará a la Casa Rosada las ocho opciones de aeronave que, por ahora, tiene en
carpeta. El plazo de 180 días para dicha presentación vence dentro de unas
semanas.
Se trata, en todos los casos, del Boeing 737 Business Jet en
sus versiones 800 o 700, el modelo que había sido recomendado por la OACI, y
cuyo precio podría llegar hasta los 65 millones de dólares. La aeronave elegida
por Macri debe ser usada -aunque sin un uso mayor a 7.000 horas de vuelo-,
contar con un mínimo de 15 plazas, dormitorio presidencial con cama doble y
baño privado, una sala de reuniones y autonomía de vuelo de unos 11.000
kilómetros, el equivalente a once horas y media, la distancia aproximada entre
Buenos Aires y Madrid.
A comienzos del año pasado, el Poder Ejecutivo dispuso el
retiro del Tango 01 y de casi todas las aeronaves de la flota presidencial.
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