Los primeros cuatro aviones de instrucción Beechcraft Texan
T-6 C, adquiridos nuevos a los Estados Unidos para modernizar la dotación de la
Fuerza Aérea, arribaron a Córdoba el 2 de octubre pasado.
Los cuatro Texan T-6C solo volaron en la ceremonia de
recibimiento, realizada en la Escuela de Aviación Militar, y luego nunca más según informa el portal Ambito Financiero.
Recorte presupuestario
El 30 de octubre pasado la secretaria de Servicios Logísticos
del ministerio de Defensa, Graciela Villata, comunicó por nota al Director
General de Planes, Programas y Presupuesto, brigadier Alejandro Amoros un
recorte de 300 millones de pesos en la cuarta cuota del presupuesto de
funcionamiento, cifras similares se podaron en la Armada y en el Ejército. La
tijera pudo haber afectado, entre otras actividades, el alistamiento operativo
del submarino ARA San Juan.
Las cuatro aeronaves tienen 6 pilotos instructores, los
únicos que esporádicamente, salen a volar para no perder la habilitación. Los
aspirantes a aviadores militares, en cambio, perdieron tres meses de instrucción
que pudo haberse cumplido antes del receso estival. Tampoco se organizó un
curso teórico de conocimiento sobre el avión, imprescindible antes de ingresar
a la cabina. Dos promociones de jóvenes oficiales a los que se suma una tercera
que egresó de la Escuela de Aviación el 12 de diciembre del 2017 esperan para
poder acceder a realizar el curso de aviador militar.
El colapso de la instrucción para llegar al brevet de
aviador militar aún no ha podido zanjarse. Arrancó en 2007 luego de que el
Estado Mayor Conjunto decidiera confiar la formación de pilotos de las tres
fuerzas a la Fuerza Aérea que no tenía los medios adecuados. Por ese entonces
los Mentor, con más de 50 años de uso en sus mecanismos, soportaron el primer
curso básico conjunto de aviador militar (CBCAM) y dijeron basta. Año a año se
agolpaban los egresados sin poder disponer de un avión, sólo los Tucano, con
cuentagotas por la falta de repuestos, seguían recibiendo pilotos para la
formación avanzada. Manotazos de ahogado, se echó mano a avionetas Piper que la
Fuerza Aérea usa para enlaces en un intento de paliar la crisis. En 2012 se
compraron 10 aparatos Grob TP 120 de origen alemán y durante la gestión de
Julio Martínez se cerró un contrato de leasing por 8 ultralivianos Tecnam
ensamblados bajo licencia italiana en Mendoza, un avión que no cumple con las
exigencias del inicio al vuelo militar. El achique presupuestario sigue
golpeando todas las líneas logísticas de los aviones de entrenamiento,
inclusive la de los flamantes Texan que arribaron al país con un lote reducido
de repuestos.
Alta cuota
Por el contrato por
los Texan, el actual ministro de Defensa Oscar Aguad debía pagar una cuota del orden de 63 millones de dólares ,antes
de fin del 2017, a los Estados Unidos a través del programa gubernamental FMS
(Foreign Military Sales) de un total de 160.470.000 que costaron los 4 aviones.
El dinero integrado hasta ahora, unos 50 millones de dólares salió del
presupuesto operativo de la Fuerza Aérea, y comprometió la capacidad de
despliegue del resto de las aeronaves militares.
La operación tuvo génesis política, una señal de acercamiento
entre Buenos Aires y Washington tras la visita que había hecho al país Barack
Obama. La apuesta de la Casa Rosada a la continuidad demócrata en Hillary
Clinton no se dio. El país quedó comprometido en un desembolso millonario
mientras que el 9 de noviembre pasado la administración Trump dio a conocer que
aplicará aranceles de hasta 72% en las importaciones de biodiesel desde la
Argentina.
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