Gendarmería capturó un bimotor Piper Apache de matrícula
uruguaya que transportaba drogas
La investigación comenzó en mayo pasado con una
investigación que llevó a los gendarmes a vigilar desde hacía 10 días un campo
llamado "El Grial" de la localidad bonaerense de Duggan, en San
Antonio de Areco, donde supuestamente iba a aterrizar la aeronave con la droga.
Pero todo se precipitó en las últimas horas.
Efectivos de Gendarmería de Chaco y Formosa, junto a Drogas
Peligrosas de la Policía chaqueña, siguiendo una investigación judicial, fueron
los que esperaron pacientes desde el mediodía del domingo. A la tarde, vieron
acercarse una avioneta volando a muy baja altura y aterrizar ilegalmente en la
zona. Cuando frenó, varias personas salieron corriendo de un monte para
descargarla.
Mientras los efectivos perseguían a los sospechosos, el
piloto volvió a levantar vuelo e intentó huir en medio de una lluvia de balas.
En el lugar, al menos cuatro personas terminaron detenidas y se secuestraron
450 kilos de marihuana en 16 bultos que habían logrado bajar de la aeronave,
celulares y dinero en efectivo.
Mientras que en Duggan seguía el operativo previsto, el
piloto que escapó tuvo que aterrizar de emergencia a poco más de 30 kilómetros
por los problemas que le generaron los disparos en el fuselaje. Los vecinos de
la zona de La Esparraguera en San Andrés de Giles avisaron a la policía cuando
escucharon los ruidos del motor.
El avión bimotor Piper PA-23-35, matriculado como CX-BDR de
Uruguay, color celeste y blanco fue detenido en la localidad bonaerense de San
Antonio de Areco con 450 kilos de marihuana procedente de Paraguay, según
informó en la tarde de ayer la ministra de Seguridad de Argetina, Patricia
Bullrich.Según fuentes policiales habría despegado de Formosa. A bordo estaba al menos el piloto que abandonó el lugar. Según declaraciones de un vecino, habría pedido ayuda para llegar a una remisería a tomarse un auto.
La causa está a cargo de la jueza Federal 1 de Resistencia, Chaco, Zunilda Niremperger.
La Gendarmería argentina sabía que se produciría un
aterrizaje en una pista clandestina. Una vez en tierra, comenzó la descarga de
la droga. Los uniformados intentaron frenar la operación pero recibieron una
lluvia de disparos.
Durante el operativo, algunos tiros hicieron impacto en la
aeronave, pero logró despegar. Fue localizada en un descampado en San Andrés de
Giles, a 30 kilómetros del lugar. El piloto huyó.
Los gendarmes detuvieron a seis personas, cinco paraguayos y
un argentino, según informó ayer La Nación.
La avioneta fue detectada por los radares de la Fuerza Aérea
argentina que funcionan en el Centro de Operaciones Aeroespaciales (Coae) en la
localidad de Merlo.
Ayer, supo que desde la semana pasada la Fuerza Aérea
Uruguaya tiene instalado un radar móvil en la zona de Fray Bentos. El equipo
ofrece una cobertura del espacio aéreo de 300 millas. Consultado sobre si hubo
colaboración uruguaya en el operativo, el vocero de la fuerza uruguaya, Gerardo
Tajes, prefirió no hacer comentarios.
El empresario Carlos Suveges, el último propietario uruguayo
del avión detenido, dijo ayer a El País que hace un año y medio vendió la
aeronave a "un argentino" que pagó US$ 60.000 por ella. Consultado
por El País sobre la identidad del comprador, el empresario se negó a revelar
su nombre por orden de su abogado, según dijo, según informó el diario El País
de Uruguay.
El Piper Apache CX-BDR.
Se trata de un modelo del año 1965 con capacidad para
transportar a seis pasajeros y dos pilotos o una carga de 500 kilos. Tiene una
autonomía de 4,5 horas, vuela a una altura de 10.000 pies y a una velocidad de
300 kilómetros por hora. Una de las características que lo hacen más
interesante para los vuelos clandestinos es que opera en pistas cortas.
En Estados Unidos puede costar unos US$ 20.000. Si se lo
adquiere sin uso podría costar hasta US$ 1.5 millones. Suveges dijo que cuando
lo vendió tenía 1850 horas "desde nuevo".
"Compran acá porque es más cerca y menos riesgoso. Si
compran en Estados Unidos y lo sacan, hay que nacionalizarlo, importarlo y
pagar inspectores de aviación civil para que vayan a revisarlo allá. Les costó
el triple pero con la plata que manejan no tienen problemas", dijo
Suveges. "Es como si fuera un auto, yo lo vendo y usted hace lo que quiere
con él. La compraventa está inscripta en el registro de aeronaves de la
Dinacia. Me desvinculé del avión y el piloto cuando vendí".
Taxi.
Suveges abrió una empresa de taxi aéreo en el año 1968 y la
cerró en 1985. En 1998, volvió al mercado hasta 2015, cuando vendió el Piper. Le
quedan dos aviones que están "para chatarra". "Siento mucho
dolor, esta gente viene a ensuciar a los pilotos y empresarios. Vendimos y
cerramos la empresa. Trabajando honestamente no da para afrontar los
costos", dijo.
La causa está a cargo de la jueza Federal 1 de Resistencia, Chaco, Zunilda Niremperger.
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