El Gobierno argentino decidió equipar a la Fuerza Aérea
Argentina con 12 aviones entrenadores T-6C Texan II fabricados por el grupo
Beechcraft de EE.UU..
Esto provocó el malestar de Brasil, que pretendía ofrecer
sus Embraer EMB 314 Super Tucano a la Argentina.
El Super Tucano es un aeronave turbohélice diseñada para el
ataque ligero, contrainsurgencia y entrenamiento avanzado de pilotos, provisto
de modernos equipos de aviónica y sistemas de armas.
El T-6C Texan II, son aeronaves de entrenamiento básico que ,sin
embargo, pueden ser equipados con 2 Pods de ametralladoras de 7.62mm, bombas de
propósito general Mk 82, Mk 81 y bombas guiadas de presición GBU-12 y GBU-58
como también cohetes FFAR.
Leer también : Los T-6C Texan II competieron con los IA-63 Pampa
El Gobierno argentino tiene pensado utilizar a los T-6C
Texan II en la frontera del norte argentino, para la lucha contra el
narcotráfico interceptando los vuelos clandestinos.
La decisión argentina de optar por los T-6C Texan II, generó
incomodidad en Brasil.
En marzo de 2016 el ministro de Defensa Julio Martínez,
recibió al entonces embajador brasileño, Everton Vieyra Vargas, en aquel
encuentro se analizaron iniciativas para avanzar en acuerdos entre la Fábrica
Argentina de Aviones (FAdeA) y la empresa brasileña Embraer. Uno de los
objetivos planteados por Martínez fue la posibilidad de llevar a cabo "la
fabricación de piezas de aviones de combate Gripen". Un caza supersónico de
origen sueco de última generación diseñado por el grupo sueco SAAB, nunca
probado en combate, que Embraer proyecta producir para equipar la Fuerza Aérea
brasileña. En esa reunión estuvieron presentes los secretarios de Estrategia y
Asuntos Militares, Ángel Tello; de Ciencia, Tecnología y Producción para la
Defensa, Héctor Lostri, y de Logística para la Defensa, Walter Ceballos.
El 22 de setiembre del 2016 el nuevo embajador brasileño,
Sergio Danese hizo su presentación ante el ministerio de Defensa. Estuvieron
los mismos funcionarios más Ércole Felippa, titular de la Fábrica Argentina de
Aviones (FAdeA), no hubo comunicado de prensa.En aquella ocasión la
conversación se centró en la molestia brasileña por la decisión argentina de
adquirir la aeronave estadounidense que echó por tierra la posibilidad de vender
los Super Tucano, de producción brasileña. En 2015 el por entonces, jefe de la
Fuerza Aérea Argentina, brigadier general Mario Callejo y su par brasileño Junit Saito habían iniciado
conversaciones para que Argentina comprara Super Tucanos, como reemplazo de los
IA-58 Pucará.
Aunque Brasil intente ver a la opción argentina como un
retroceso en la confianza mutua, no fue otra cosa que una maniobra, una
maniobra comercial, para imponer su negocios de aeronaves y establecer su hegemonía en la región. Mientras Brasil le
reprocha a la Argentina no haber comprado los Super Tucano, le vendió el mismo
aparato a EE.UU..
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