La Fuerza Aérea de Argentina no cuenta con aviones
supersónicos para garantizar la defensa aérea durante la cumbre de los países
del G20 que se llevará a cabo en Buenos Aires en 2018. Una alternativa al
problema sería alquilar las aeronaves a su vecino, Brasil.
El Gobierno argentino descartó hace unos meses ante
versiones de equipamiento desde los Estados Unidos que fuera a adquirir
interceptores, una capacidad perdida desde la desprogramación de los últimos
Mirage que volaban -y que fueron célebres en Malvinas-, el 1° de diciembre de
2015 después de 43 años de servicios. Lo único en firme es la compra de una
docena de Texan II, un avión de entrenamiento avanzado.
Roberto Godoy, especialista en defensa brasileño, afirmó que
el alquiler de aeronaves militares "no es una situación común" y
puede ser difícil de llevarse a cabo debido a que cada avión se configura para
las especificidades del país donde opera. Otra cuestión a ser considerada,
según el experto, es el precio posiblemente alto del alquiler.
Sin embargo, destacó que esa no sería la primera vez que se
lleva a cabo un acuerdo de ese tipo. Chequia alquiló aeronaves a Suecia por
cerca de 5 millones anuales, apuntó el analista.
Al hablar de los F-5 brasileños, Godoy recordó que las
aeronaves han sido compradas a Estados Unidos por un precio relativamente, bajo
debido a las buenas relaciones entre los dos países.
Los cazas que están en operación desde los años 1970 han
pasado por un proceso de modernización llevado a cabo por Embraer —compañía
aeronáutica brasileña—. Según Godoy, son aviones de alta calidad.
El experto consideró que la Fuerza Aérea Argentina está
desfasada y que la falta de inversión en las FFAA del país ha empezado en 2003
y continúa desde ese entonces.
“Sin caza interceptores no estamos en condiciones de repeler
una agresión por medios aéreos. El G-20 es un desafío, va quedar en evidencia
que no podemos cumplir con nuestra responsabilidad institucional. Por eso se
evalúa la alternativa de los F-5”, dijeron fuentes aeronáuticas argentinas.
A esto se suma que en 2018 en forma anticipada saldrán de
servicio los A4-AR comprados a Estados Unidos en los 90, por lo obsoleto de sus
componentes y la dificultad para conseguir repuestos. De más de treinta que
llegaron, de segunda mano, quedan activos apenas media docena. Cuando sean
desprogramados la Argentina se quedará sin aviones de combate.
Sputnik-Clarin
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