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27 de junio de 2017

Gendarmería capturó una avioneta Piper Apache utilizada por una banda de narcos


Gendarmería capturó un bimotor Piper Apache de matrícula uruguaya que transportaba drogas

La investigación comenzó en mayo pasado con una investigación que llevó a los gendarmes a vigilar desde hacía 10 días un campo llamado "El Grial" de la localidad bonaerense de Duggan, en San Antonio de Areco, donde supuestamente iba a aterrizar la aeronave con la droga. Pero todo se precipitó en las últimas horas.

Efectivos de Gendarmería de Chaco y Formosa, junto a Drogas Peligrosas de la Policía chaqueña, siguiendo una investigación judicial, fueron los que esperaron pacientes desde el mediodía del domingo. A la tarde, vieron acercarse una avioneta volando a muy baja altura y aterrizar ilegalmente en la zona. Cuando frenó, varias personas salieron corriendo de un monte para descargarla.

Mientras los efectivos perseguían a los sospechosos, el piloto volvió a levantar vuelo e intentó huir en medio de una lluvia de balas. En el lugar, al menos cuatro personas terminaron detenidas y se secuestraron 450 kilos de marihuana en 16 bultos que habían logrado bajar de la aeronave, celulares y dinero en efectivo.

Mientras que en Duggan seguía el operativo previsto, el piloto que escapó tuvo que aterrizar de emergencia a poco más de 30 kilómetros por los problemas que le generaron los disparos en el fuselaje. Los vecinos de la zona de La Esparraguera en San Andrés de Giles avisaron a la policía cuando escucharon los ruidos del motor.

El avión bimotor Piper PA-23-35, matriculado como CX-BDR de Uruguay, color celeste y blanco fue detenido en la localidad bonaerense de San Antonio de Areco con 450 kilos de marihuana procedente de Paraguay, según informó en la tarde de ayer la ministra de Seguridad de Argetina, Patricia Bullrich.Según fuentes policiales habría despegado de Formosa. A bordo estaba al menos el piloto que abandonó el lugar. Según declaraciones de un vecino, habría pedido ayuda para llegar a una remisería a tomarse un auto.
La Gendarmería argentina sabía que se produciría un aterrizaje en una pista clandestina. Una vez en tierra, comenzó la descarga de la droga. Los uniformados intentaron frenar la operación pero recibieron una lluvia de disparos.

Durante el operativo, algunos tiros hicieron impacto en la aeronave, pero logró despegar. Fue localizada en un descampado en San Andrés de Giles, a 30 kilómetros del lugar. El piloto huyó.

Los gendarmes detuvieron a seis personas, cinco paraguayos y un argentino, según informó ayer La Nación.
La avioneta fue detectada por los radares de la Fuerza Aérea argentina que funcionan en el Centro de Operaciones Aeroespaciales (Coae) en la localidad de Merlo.
Ayer, supo que desde la semana pasada la Fuerza Aérea Uruguaya tiene instalado un radar móvil en la zona de Fray Bentos. El equipo ofrece una cobertura del espacio aéreo de 300 millas. Consultado sobre si hubo colaboración uruguaya en el operativo, el vocero de la fuerza uruguaya, Gerardo Tajes, prefirió no hacer comentarios.

El empresario Carlos Suveges, el último propietario uruguayo del avión detenido, dijo ayer a El País que hace un año y medio vendió la aeronave a "un argentino" que pagó US$ 60.000 por ella. Consultado por El País sobre la identidad del comprador, el empresario se negó a revelar su nombre por orden de su abogado, según dijo, según informó el diario El País de Uruguay.

El Piper Apache CX-BDR.

Se trata de un modelo del año 1965 con capacidad para transportar a seis pasajeros y dos pilotos o una carga de 500 kilos. Tiene una autonomía de 4,5 horas, vuela a una altura de 10.000 pies y a una velocidad de 300 kilómetros por hora. Una de las características que lo hacen más interesante para los vuelos clandestinos es que opera en pistas cortas.

En Estados Unidos puede costar unos US$ 20.000. Si se lo adquiere sin uso podría costar hasta US$ 1.5 millones. Suveges dijo que cuando lo vendió tenía 1850 horas "desde nuevo".
"Compran acá porque es más cerca y menos riesgoso. Si compran en Estados Unidos y lo sacan, hay que nacionalizarlo, importarlo y pagar inspectores de aviación civil para que vayan a revisarlo allá. Les costó el triple pero con la plata que manejan no tienen problemas", dijo Suveges. "Es como si fuera un auto, yo lo vendo y usted hace lo que quiere con él. La compraventa está inscripta en el registro de aeronaves de la Dinacia. Me desvinculé del avión y el piloto cuando vendí".
Taxi.
Suveges abrió una empresa de taxi aéreo en el año 1968 y la cerró en 1985. En 1998, volvió al mercado hasta 2015, cuando vendió el Piper. Le quedan dos aviones que están "para chatarra". "Siento mucho dolor, esta gente viene a ensuciar a los pilotos y empresarios. Vendimos y cerramos la empresa. Trabajando honestamente no da para afrontar los costos", dijo.

 La causa está a cargo de la jueza Federal 1 de Resistencia, Chaco, Zunilda Niremperger.

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